Introducción
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad nació en una época de mucho fervor. Su nacimiento, en 1835 en Qadian, coincidió en una época de anticipación de la llegada de un Reformador Prometido para los seguidores de muchas religiones diferentes. Simultáneamente, el humanismo y sentimientos antirreligiosos convirtieron a muchas personas de fe, incluyendo a muchos familiares de Ahmad. Qadian estaba en un mal estado: la malaria era común, no existía un sistema de alcantarillado que funcionara bien, había muchos animales salvajes sin control y no existía una economía.
En este ambiente, Ahmad dedicó su juventud a estudios comparativos de religiones, la lógica, filosofía, las ciencias, medicina, y aprendiendo idiomas. Su amor por los estudios fue tan intenso que su padre temía por su salud. Su primer matrimonio con Hurmat Bibi, en el cual tuvieron dos hijos, no tuvo éxito. Ahmad, todavía un hombre joven, se separó de su esposa y se retiró a la mezquita para pasar sus días en el estudio, meditación y oración. Por orden su padre, Ahmad estudió leyes para atender cuestiones jurídicas que su familia estaba enfrentando – pero su corazón estaba en otro lado. Cuando se resolvieron los problemas legales, Ahmad regresó a la mezquita – muchas veces dando servicios a pacientes cuando él no estaba estudiando o rezando. A pesar de su reclusión, sus contemporáneos lo consideraban amable, hospitalario y muy inteligente. En particular, estaba interesado en el Islam, en parte por su belleza inherente, pero también por otro lado, por el lamentable estado del mundo Musulmán. En un pareado persa, escribió, “Enfrente de vuestros ojos el Islam ha caído en el polvo. Que excusa le vais a dar a Dios, oh Musulmanes, quienes que pasais vuestras vidas en el lujo?” Como resultado de este entusiasmo, solía entrar en polémicas con personas comunes y académicos por igual – adquiriendo una reputación como un virulento, pero digno y amable defensor del Islam.
Hitos Espirituales Tempranos
Por muchos años Ahmad vivió una vida simple. En 1875, no obstante, tuvo una revelación en la cual se le ordenó practicar la costumbre de los profetas anteriores, pasando un largo periodo de tiempo en ayunas. Su ayuno continuó por meses dándole a Ahmad la oportunidad de sentir aspectos espirituales maravillosos e intensos.
En 1876, recibió revelaciones de que la muerte de su padre estaba cerca. Ahmad temía por su futuro. En este momento, tuvo la revelación, “No es Al-lah suficiente para Sus siervos?” Esta revelación también es un versículo del Sagrado Corán (39:37) y le dio tanta serenidad a Ahmad que a partir de ese momento él nunca se preocupó por esas cosas.
Yihad de la Pluma
Desde antes que su padre muriera, Ahmad escribía en defensa del Islam, pero la muerte de su padre le dio mucha libertad para defender el Islam a través de la escritura. El tenía una manera particular de escribir: ponía dos tinteros, uno en cada extremo del cuarto, y escribía caminando de un tintero al otro.
En 1880, escribió el primer volumen de su obra monumental de cinco volúmenes, Braheen-e-Ahmadia. Este trabajo recibió mucha admiración en la India y demostró el dominio que tenía Ahmad de las ciencias religiosas y seculares. Fundamentalmente, Ahmad argumentó la superioridad del Islam sobre las otras religiones e ideologías seculares. Ahmad ofreció un premio de 10,000 rupias a cualquiera que pudiera refutar los argumentos de su libro y dar una quinta parte de las pruebas a favor de su propia posición, algo que nunca ocurrió. De hecho, el libro fue elogiado por Maulvi Muhammad Husain Batalvi, un hombre que se convertiría en el enemigo más implacable de Ahmad. Del libro, Batalvi exclamó, “Se sabe que las ideas o sugerencias satánicas son falsas en su mayoría, pero ninguna de las revelaciones recibidas por el autor de Braheen-e-Ahmadia han demostrado ser falsas hasta el día de hoy. Por lo tanto no se pueden considerar sugerencias satánicas. ¿Puede un musulmán, seguidor del Corán, creer que Satanás puede adquirir conocimiento, como los Profetas y los ángeles, de lo que está oculto para que ninguna de sus revelaciones carecieran de verdad?” (Ishaat-us Sunnah Vol. VII no. 6 Junio/Agosto 1884 págs. 169-170)
Este hábito de defender el Islam con la pluma continuaría durante toda su vida. De hecho, Ahmad declaró que la yihad agresiva violaba las enseñanzas del Islam. Por eso Ahmad defendió yihad de la pluma (él solo escribió más de 80 libros, cientos de poemas y miles de cartas para demostrar la superioridad intelectual y espiritual del Islam). Su razonamiento era invulnerable:
“En la época actual, han usado la pluma contra el Islam y a través de ella los musulmanes han sentido tanto dolor y sufrimiento. Por lo tanto, la pluma debe ser el arma de los musulmanes. Es la responsabilidad de cada musulmán unirse a esta batalla…La yihad de esta época es propagar el Islam y refutar las acusaciones de sus críticos; diseminar la belleza de la verdadera religión, el Islam, en el mundo y mostrar la verdad del Noble Profeta Muhammad al mundo. Pero esto no significa que la yihad de la espada se derogó, solo que hoy la yihad de la pluma es la verdadera yihad hasta que Dios crea diferentes circunstancias en el mundo” (Malfoozat Vol. I, pp. 44, 219). Al final, a través de poesía y prosa en árabe, urdu y persa, Ahmad presentó la posición del Islam sobre diversos temas como la hermenéutica, la arqueología, la lingüística, la epistemología, la astronomía, el determinismo, el estudio religioso comparativo, los derechos de la mujer, la blasfemia, la vida después de la muerte, la categoría de estado, los profetas, la ética, la cosmología, la historia Islámica, el ecumenismo, los milagros, la apostasía, la Sharia, el misticismo, la ciudadanía, la crianza de los hijos, la reencarnación, la profecía, el alma, la revelación, la evolución, la soteriología, la oración, la Trinidad, los derechos conyugales, el yihad, la creencia, el dogma, la compatibilidad entre las ciencias y la religión, la tumba de Jesús Cristo, el sentido de la vida, etc. Ahmad encarna el titulo que Dios le dio: Sultanul Qalam (Rey de la pluma).
El Segundo Matrimonio
Después de recibir varias revelaciones con la buena noticia de un matrimonio exitoso, Ahmad se casó con Nusrat Jehan Begum en 1884. Fue un matrimonio bendito y ellos fueron padres de cinco hijos y cinco hijas. Ellos también mostraron mucho amor y respeto uno al otro. Una anécdota lo ilustra. Una vez, Nusrat Jehan hizo arroz con leche de sorpresa para su esposo. Pero sin querer le echó cuatro veces más la cantidad de azúcar que llevaba la receta. Ahmad se lo comió con mucho placer y continuó conversando con su esposa para calmar su ansiedad. Durante su matrimonio, Ahmad practicó las enseñanzas del Profeta Muhammad, “El mejor de ustedes es el que mejor trata a su mujer.” Su cuñado comentó que nunca vio a Ahmad hablarle mal a su esposa y que usaba el urdu más refinado al dirigirse a ella.
Sus hijos también recibieron el amor de Ahmad. Por ejemplo, una vez Ahmad estaba ocupado escribiendo un documento importante cuando su hijo, Hazrat Mirza Bashiruddin Mahmud Ahmad – quien después fue el segundo Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía – tocó la puerta. Ahmad abrió la puerta, dejó que su hijo corriera en el cuarto hasta aburrirse. Unos minutos después de salir del cuarto, su hijo tocó la puerta otra vez. Ahmad abrió la puerta y esta rutina se repitió. Un compañero de Ahmad comentó que esto ocurrió por lo menos veinte veces pero Ahmad nunca expresó desagrado con la situación.
La Fundación de la Comunidad Musulmana Ahmadía
Después de recibir la revelación el 12 de enero de 1889 Ahmad publicó un folleto describiendo las diez condiciones de iniciación a la Comunidad. El 23 de marzo de 1889 el comenzó a aceptar miembros a la Comunidad. Hazra Maulvi Hakim Nuruddin fue su primer seguidor y después fue el primer Jalifa de la Comunidad.
El Mesías Prometido
En 1890 Ahmad recibió la revelación de que Jesús, hijo de María (la paz sea con él) murió como los profetas anteriores y que Ahmad era la segunda llegada metafórica de Jesús de Nazaret, cuya llegada fue anunciada por el Profeta del Islam, Muhammad. La revelación exacta es la siguiente:
“El Mesías, hijo de María, Profeta de Dios, esta muerto. Tu llegaste con su espíritu de acuerdo a la promesa. Y la promesa de Dios esta obligada a cumplirse.”
Las similitudes entre Ahmad y Jesús demuestran que el propósito de su llegada fue para terminar con las guerras religiosas, condenar el derramamiento de sangre y restablecer moralidad, justicia y paz. La llegada de Ahmad trajo una época sin precedentes de renacimiento islámico. Él liberó a los musulmanes de las creencias y prácticas fanáticas defendiendo las verdaderas enseñanzas del Islam. Él también reconoció las buenas enseñanzas de otros fundadores religiosos incluyendo a Zoroastro, Abraham, Moisés, Jesús, Krishna, Buda, Confucio, Lao Tzu y Guru Nanak y él explicó cómo sus enseñanzas se unen con el verdadero Islam.
Esta revelación contradijo las creencias de los cristianos y musulmanes – quienes creían que Jesús, hijo de María, estaba vivo y que un día regresaría al mundo para despertar a la humanidad. Ahmad ya enfrentaba oposición de otros musulmanes y no musulmanes, pero esta afirmación generó una oposición sin precedentes.
Reunión Anual y Conferencia de Religiones del Mundo
Ahmad tuvo su primer Jalsa Salana (reunión anual) en la Mezquita Aqsa en Qadian del 27 a 29 de diciembre. Aunque solamente asistieron 75 personas en aquel año, hoy la reunión se realiza en 200 países con una audiencia de decenas de millones de personas.
Además de la reunión anual de la Comunidad, Ahmad era un defensor apasionado de participar en eventos para promover armonía interreligiosa. En 1896, se celebró la Conferencia de Las Grandes Religiones para que los expertos de cada religión del mundo expresaran la belleza de su respectiva religión ante el público. El discurso de Ahmad – La Filosofía de las Enseñanzas del Islam – ganó por unanimidad la admiración y atención de más de 7,000 personas presentes. De hecho, Ahmad recibió la revelación de que su discurso sería superior a todos los otros. El discurso también ganó el elogio de Leo Tolstoy: “Estoy muy de acuerdo con ‘cómo liberarse de pecado’ y ‘la vida que viene.’ Las ideas son muy profundas y muy ciertas.”
Los Últimos Años y Muerte
Una revelación indicó que su muerte estaba cerca y Ahmad escribió Al-Wasiyyat (El Testamento) en 1905 para guiar a sus seguidores a realizar una donación testamentaria para la victoria del Islam y el restablecimiento del Jalifato Islámico, que terminó con la muerte de Hazrat Ali, el cuarto Jalifa del Profeta Muhammad. Ahmad explicó que Dios manifiesta Sus bendiciones primero a través de sus profetas, y después de su fallecimiento, Él establece el Jalifato, la segunda manifestación de Su poder divino.
“No deben estar tristes con lo que he dicho. Sus corazones no deben estar tristes porque es necesario que ustedes vean también la segunda manifestación de Dios.”
En abril de 1908 Ahmad viajó a Lahore para reunirse con miembros de su Comunidad y dignatarios. En este viaje escribió “Paygham-e-Sulah” (Un Mensaje de Paz) para delinear una solución para unir a los hindús y los musulmanes.
Pronto después de eso, el 25 de mayo de 1908 el se enfermó. Ahmad murió a los 74 años el 26 de mayo de 1908. Lo enterraron en Qadian, India.
Sus últimas palabras fueron:
Allah, meay piyaray Allah
(Dios, mi querido Dios)